¡Barco a la vista!
Estaba plácidamente tumbado al sol, bebiendo agua de coco y disfrutando del sonido de los tam-tam que retumbaban lejanamente, junto al volcán, donde los nativos de esta isla (que yo creía desierta) realizan sus sacrificios. Cuando en la línea del horizonte se perfiló una leve mancha alargada. Parecía un navío. Esforcé la vista, cansada y deslumbrada por la larga exposición al sol y pude distinguir que su pabellón lucía la bandera Inglesa. Al poco vi que perseguían otra mancha que se alejaba rápidamente en el horizonte y repentinamente izaron otra bandera. Esta más oscura, negra y con una calavera con dos tibias cruzadas. ¡Piratas! pensé. En fin... espero que se alejen y no desembarquen en mi isla, y pobres de sus presas. Si al menos me dejasen un barril de ron...
por Anónimo (11:59 a. m.)